viernes, 9 de octubre de 2015

Anécdota 1, Lo que era antes de que lo llamaran bullyng I.

Cuando Santiago terminaba de golpear a tito, que peleaba con él por la presa que acababan de atrapar para divertirse, no sé si por matar el aburrimiento o simplemente por saldar cuentas con aquella victima, yo me encontraba observando de reojo para no llamar su atención y no ser la siguiente creatura atormentada por aquel antiguo abuso tan común que se vivía en lugares provincianos de México.

Salamanca es un municipio de Guanajuato donde la mitad de ese conjunto de casas y gente es una zona industrial, debido a esto toda la ciudad tenía un pestilente aire que olía a coladrea, caño o la flatulencia más desagradable que hayas olido en tu vida. Cuando se salía de la zona urbana existían varios ranchos o comunidades (como en Michoacan suelen decir). El camino que se tomaba de la ciudad al rancho en el que me alojaba era un camino muy agradable por que se sentía  como se te iban desintoxicando los pulmones a medida que te alejabas de la ciudad, igualmente volvía tu sentido del olfato, todo olía a la verde hierba  que crecía en los pastizales con el peculiar aroma del maíz recién brotado de las mazorcas. El camino era aproximadamente de una hora de recorrido.

Ese pueblo tenía un aire de estar en un constante cambio de humores, un día podía ser el pueblo más tranquilo del mundo y al siguiente podías ver llegar gente de infinidad de lugares para celebrar una de las más grandes fiestas de todo México.

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